El presidente Javier Milei no se tomará vacaciones. Al igual que el verano pasado, cuando recién había asumido la Presidencia, seguirá activo en funciones, a pesar de que sus colaboradores le recomendaron tomarse “al menos unos días”.
En el Ejecutivo dicen que no hay ninguna novedad detrás de esta decisión: cuentan que Milei suele explicar que no disfruta de los viajes y que le cuesta desconectarse del trabajo.
Respecto al Gabinete nacional, el Presidente está de acuerdo en que el equipo se tome descanso por haber hecho “el mejor primer año de un Gobierno en toda la historia”, como le escucharon realzar a su administración en las últimas horas. Si bien la Casa Rosada no puso un tope para la cantidad de días de descanso, hay un consenso en el Gabinete de que nadie se tomará más de dos semanas.
Eso sí, habrá restricciones. En medio del esfuerzo que les pidió a los argentinos en el marco del “mayor ajuste de la historia de la humanidad” y del “no hay plata” que se mantiene -y repite- como un mantra, en la cúpula del Gobierno bajaron una orden para ministros y funcionarios de primera y segunda línea: deberán “validar” el destino de sus vacaciones.
La idea es asegurar de que no haya imágenes simbólicas de frivolidad.