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Santa Fe endurece el encierro de los narcos: aislamiento total en la cárcel de Piñero

El penal más temido de la provincia alberga más de 2.800 presos, muchos de ellos líderes del narcotráfico. Sin contacto con otros internos ni posibilidad de reinserción, el encierro es total y el mensaje político, claro: el Estado recuperó el control.

Por Redacción

Miércoles, 08 de octubre de 2025 a las 16:05

La cárcel de Piñero, en Santa Fe, se convirtió en el emblema del nuevo modelo penitenciario que impulsa el gobernador Maximiliano Pullaro. Diseñada para 2.120 internos, hoy aloja más de 2.800, entre ellos los principales capos narcos de la provincia. Allí no hay talleres, ni clases, ni trabajo en la huerta: solo aislamiento, silencio y disciplina.

El mensaje oficial es inequívoco: “no hay negociación posible con los narcos”. La orden del Ejecutivo provincial fue clara desde el inicio: aislar, cortar privilegios y desactivar cualquier contacto con el exterior. Los detenidos de “alto perfil” —quienes durante años manejaron la venta de droga desde prisión— viven bajo un régimen de control absoluto. No acceden a celulares, no participan de actividades educativas ni laborales, y solo pueden ver a sus familias una vez por semana, bajo estricta vigilancia.

El gobierno santafesino sostiene que esta política no busca “reinsertar” sino neutralizar el crimen organizado, evitando que los líderes del narcotráfico sigan operando desde las cárceles. En el pabellón de máxima seguridad, cada recluso es trasladado con mamelucos naranjas, grilletes y custodia permanente. Cada movimiento, mirada o palabra es monitoreada.

Cada privilegio fue un delito más afuera. Eso se terminó”, aseguran fuentes del Ministerio de Seguridad provincial. En Piñero, el castigo también es una forma de control. Las condiciones son duras, pero el Estado busca demostrar que el tiempo en prisión ya no será un espacio de poder para las bandas criminales.

La experiencia de Piñero servirá de base para un proyecto aún más ambicioso: “El Infierno”, la nueva cárcel que Santa Fe construye detrás del complejo actual, destinada exclusivamente a narcos, sicarios y presos de altísima peligrosidad. Tendrá celdas individuales, sin contacto entre internos, sin talleres ni recreos, y replicará el modelo de aislamiento total que inspiró el sistema penitenciario salvadoreño. Su inauguración está prevista para octubre de 2026.

Con este esquema, Santa Fe busca poner fin a décadas de connivencia entre el poder carcelario y el crimen organizado. En palabras de Pullaro, “la única salida para los narcos es el encierro, y esta vez no hay vuelta atrás”.
 

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