El Gobierno nacional definió que no autorizará nueva deuda a la gestión de Axel Kicillof, pese a que la Legislatura bonaerense aprobó un paquete de financiamiento por hasta 3,685 billones de pesos, que incluía emisión de Letras del Tesoro y nuevas líneas de crédito. La Casa Rosada sólo avalará el refinanciamiento de vencimientos ya existentes, sin ingreso de fondos frescos.
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La decisión se apoya en la plena aplicación de la Ley de Responsabilidad Fiscal, que habilita al Ejecutivo nacional a denegar nuevas autorizaciones de deuda cuando una provincia incumple parámetros de gasto y equilibrio fiscal. Según el Gobierno, Buenos Aires registra gastos corrientes por encima de la inflación, lo que bloquea cualquier endeudamiento adicional.
Desde el Ministerio de Economía, Luis Caputo fue terminante: la Provincia “no cumple con la regla fiscal”, por lo que la deuda nueva “no debería ser aprobada técnicamente”. El ministro explicó que solo el refinanciamiento es viable porque no incrementa el stock total del pasivo, sino que reordena vencimientos a tasas más bajas.
En la misma línea, desde el bloque de La Libertad Avanza confirmaron que recibieron instrucciones para acompañar únicamente el rollover de deuda y no el nuevo endeudamiento, incluso durante el debate por la reforma de la Carta Orgánica del Banco Provincia. “Refinanciar está bien, siempre que sea a una tasa más barata”, señalaron.
Desde el gobierno bonaerense, en cambio, sostienen que no existió diálogo con el bloque oficialista nacional y afirman que los fondos solicitados estaban destinados al refinanciamiento y no a deuda nueva. “Nada de nada es para endeudamiento adicional”, afirmaron desde La Plata.
El titular bonaerense de LLA, Sebastián Pareja, endureció el mensaje político y aseguró que Javier Milei no acompañará el pedido. Además, acusó a Kicillof de intentar hipotecar la Provincia por motivos electorales: “Busca endeudar la Provincia por su carrera presidencial. Es como tirarle nafta a una casa que ya estaba prendida fuego”, disparó.
Tras la última reunión del Consejo de Mayo, el jefe de Gabinete Manuel Adorni adelantó que el Gobierno enviará al Congreso un proyecto para que las provincias se comprometan a no pedir deuda nueva si tienen déficit primario. La iniciativa sólo permitiría rollovers de deuda o casos de riesgo crediticio superior al de la Nación.
El mensaje político y económico del Ejecutivo es directo: reforzar la disciplina fiscal, eliminar atajos financieros y cerrar el grifo de la deuda para el gasto corriente. Mientras tanto, el vínculo entre Nación y Provincia continúa deteriorándose.
En contraste, distritos como CABA, Santa Fe y Córdoba ya obtuvieron aval nacional para nuevas emisiones. En ese marco, el caso bonaerense sobresale por su magnitud, oportunidad y confrontación directa con el plan de orden fiscal que impulsa el Gobierno de Milei.