El Gobierno nacional anunció una actualización histórica en materia de Seguridad Estratégica. Bajo la conducción del titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Cristian Auguadra, se aprobó la nueva Política de Inteligencia Nacional, la primera en dos décadas. El objetivo es ordenar, modernizar y recuperar la capacidad del sistema para anticipar riesgos internos y externos en un contexto global más complejo.
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La medida llega tras más de treinta años de deterioro institucional en el Sistema de Inteligencia Nacional (SIN), un retroceso que los documentos oficiales describen como un factor que expuso a la Argentina a vulnerabilidades críticas. Se recuerda además que los atentados de 1992 y 1994 contra la Embajada de Israel y la AMIA aún no fueron esclarecidos completamente.
En el marco de esta reforma, el Gobierno disolvió la antigua AFI mediante el Decreto 614/24 y creó la SIDE como organismo central dependiente de la Presidencia. La reestructuración incluyó la creación de cuatro entes desconcentrados: el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) y la División de Asuntos Internos (DAI), lo que apunta a un sistema más técnico, moderno y profesionalizado.
La nueva Política de Inteligencia se articula en seis objetivos estratégicos:
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Posicionar a la Argentina en el plano internacional, identificando riesgos y oportunidades vinculados a la disputa de poder global.
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Preservar la soberanía y la autonomía estratégica, con especial énfasis en la contrainteligencia y la detección de influencias externas.
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Proteger los recursos estratégicos y las infraestructuras esenciales, incluyendo litio, gas no convencional, telecomunicaciones y energía.
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Prevenir y combatir el terrorismo y el crimen organizado, considerados “estructuras de poder paralelas”.
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Fortalecer la ciberseguridad nacional, reconociendo al ciberespacio como un dominio operativo en expansión.
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Contrarrestar actividades de inteligencia externas que afecten intereses nacionales.
La SIDE destacó que estos lineamientos permitirán consolidar un Estado “moderno, seguro y soberano”, con la inteligencia nacional como vigilia permanente en defensa de la República. Entre las prioridades estratégicas figuran el monitoreo de la presencia extranjera en el Atlántico Sur, la situación de Malvinas, y la proyección antártica sostenida por las trece bases argentinas.