A los 55 años, el exalcalde de Tarija y actual senador emerge como una figura de derecha populista moderada, con un mensaje centrado en la unidad, el respeto institucional y el fin de los extremos ideológicos. “Vamos a construir una Bolivia sin divisiones, con desarrollo real y respeto por la ley”, afirmó durante su discurso de victoria en La Paz.
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Paz llega a la presidencia respaldado por una coalición ciudadana transversal integrada por sectores urbanos, clases medias y jóvenes que reclamaban un cambio de rumbo frente a la corrupción, el estancamiento económico y la polarización política. Su triunfo fue contundente en Tarija, Chuquisaca, Potosí y los principales centros urbanos de La Paz y Cochabamba, mientras que Quiroga, pese a imponerse en Santa Cruz y Beni, no logró revertir la tendencia nacional.
El nuevo mandatario anunció un plan de emergencia económica enfocado en incentivos a la inversión privada, reformas tributarias, fomento al empleo juvenil y una lucha sin tregua contra la corrupción y el contrabando. Analistas destacan que su principal desafío será reactivar el crecimiento sin volver al intervencionismo estatal que caracterizó al MAS.
Gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea y América Latina felicitaron a Paz y destacaron la transparencia del proceso electoral. Desde la embajada estadounidense en La Paz celebraron el resultado con un mensaje claro: “Bolivia elige libertad, estabilidad y futuro”.
Con su asunción prevista para el 22 de enero de 2026, Rodrigo Paz promete liderar una nueva etapa política: menos ideología, más gestión. Bolivia deja atrás dos décadas de socialismo y abre un nuevo capítulo basado en la libertad, la inversión y el orden.