Las elecciones legislativas 2025 dejaron un mensaje inequívoco: La Libertad Avanza logró una victoria arrolladora en todo el país, alcanzando el 41,53% de los votos con casi el 95% del escrutinio.
El kirchnerismo quedó relegado con apenas el 24,5%, marcando una derrota histórica que redefine el equilibrio de poder en la Argentina.
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La provincia de Buenos Aires fue el epicentro de la sorpresa: la lista encabezada por Diego Santilli superó con claridad a la del peronismo, que hacía solo un mes y medio había triunfado en las elecciones locales con 14 puntos de ventaja.
Desde el búnker del Hotel Libertador, la euforia libertaria se hizo sentir. “Siempre es más fácil corregir errores siendo un gobierno ganador”, señalaron fuentes cercanas al Presidente en una noche que se vivió con clima de fiesta.
El presidente Javier Milei había anticipado que su meta era alcanzar “un tercio de legisladores propios” para blindar sus reformas estructurales. Con los resultados confirmados, supera con creces esa meta y consolida su liderazgo político e institucional.
La estrategia electoral diseñada por Santiago Caputo fue clave: revivir la épica libertaria de 2023, reforzar la presencia territorial del Presidente en el interior y reconectar con la juventud y las Fuerzas del Cielo.
También fue decisiva la tarea de Pilar Ramírez, al frente de la coordinación política nacional, y del ministro de Economía, Luis Caputo, quien estabilizó el dólar y garantizó tranquilidad económica tras el acuerdo financiero con Estados Unidos.
Durante la jornada electoral, Karina Milei sorprendió al asumir un rol público y estratégico, acompañada por Martín Menem, en una muestra de unidad interna del gobierno.
Fuentes oficiales confirmaron que su influencia será clave en la designación del nuevo jefe de Gabinete, reforzando el “Triángulo de Hierro” Milei–Karina–Caputo que define el núcleo de poder del gobierno liberal.
El peronismo sufrió una derrota devastadora. Las listas diseñadas por Cristina Fernández de Kirchner no lograron sostener el voto tradicional, y el propio Axel Kicillof reconoció internamente que los resultados son “difíciles de revertir”.
El voto castigo reflejó el agotamiento del modelo kirchnerista y la demanda de cambio profundo que encarna Milei.
En tanto, el espacio Provincias Unidas, impulsado por Schiaretti, Pullaro y Torres, no consiguió instalarse como tercera fuerza nacional, mostrando que la sociedad optó entre dos caminos claros: el cambio o el pasado.
Con esta victoria, Javier Milei se consolida como el presidente más fuerte desde 1983 en términos legislativos y políticos.
El resultado blinda su programa de reformas, fortalece la confianza internacional y marca el inicio de una nueva etapa: la de una Argentina que elige libertad, estabilidad y crecimiento.