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Kicillof evitó admitir su derrota en Buenos Aires y culpó a Milei en un discurso lleno de excusas

Con el 95% escrutado, La Libertad Avanza se impuso en la provincia de Buenos Aires con el 41,53%, dejando atrás al kirchnerismo de Axel Kicillof, que obtuvo el 40,84%.
Pese a la derrota, el gobernador evitó reconocer el resultado, culpó al Gobierno nacional y volvió a apelar al victimismo político al reivindicar a Cristina Fernández de Kirchner.

Por Redacción

Lunes, 27 de octubre de 2025 a las 12:18

Con los resultados prácticamente definidos, Axel Kicillof se presentó anoche en el búnker de La Plata y, en lugar de reconocer la derrota, eligió confrontar con el presidente Javier Milei. “Se equivoca Milei si festeja este resultado electoral, donde seis de cada diez argentinos han dicho que no están de acuerdo con el modelo que propone”,
lanzó el mandatario provincial, intentando minimizar el avance histórico de La Libertad Avanza en su territorio.

El discurso, leído pasadas las 23, buscó sostener la narrativa del kirchnerismo en resistencia, aunque los números fueron contundentes: 41,53% para La Libertad Avanza y 40,84% para Fuerza Patria.

En tono desafiante, Kicillof agradeció “al pueblo de la Provincia de Buenos Aires que dio un enorme ejemplo cívico y de democracia”, y mencionó a toda la cúpula kirchnerista: “Quiero agradecer a los candidatos y candidatas de Fuerza Patria, a los intendentes e intendentas por cuidar a su gente, a Sergio Massa, a Máximo Kirchner, a toda la dirigencia y a los movimientos sociales.”

El momento más polémico de la noche llegó cuando afirmó: “Agradecer especialmente a alguien que debería estar acá pero está injustamente presa, Cristina Fernández de Kirchner.”

La frase generó una avalancha de críticas en redes sociales, donde fue interpretada como un intento de victimización política y un gesto desesperado para reactivar la mística kirchnerista.

El gobernador sostuvo que la elección fue “muy ajustada” y que su fuerza “renovará sus 15 bancas y sumará un diputado más”, pero concentró su discurso en atacar al Gobierno nacional. “Se equivoca Milei si pasa por alto la situación que está atravesando nuestro pueblo de enorme sufrimiento. Donde se han perdido empleos, donde ha caído la actividad y donde los más vulnerables sufren cada día más.”

Kicillof también retomó su retórica antiempresarial al cuestionar los acuerdos internacionales: “El Gobierno se fue a pedirle a Estados Unidos auxilio y apoyo. Quiero aclarar que ni el gobierno norteamericano ni JP Morgan son sociedades de beneficencia. Si vinieron a la Argentina no es para otra cosa que para llevarse un lucro y poner en riesgo nuestros recursos.”

El mensaje fue celebrado por su militancia pero criticada por el arco opositor, que consideró sus palabras una muestra de negacionismo político tras una derrota sin precedentes.

Acompañado por Sergio Massa y Máximo Kirchner, Kicillof intentó mostrarse combativo, pero su discurso dejó entrever frustración y aislamiento político.
La derrota en Buenos Aires, el principal bastión electoral del kirchnerismo, marca un punto de inflexión histórico: por primera vez en dos décadas, el peronismo pierde el control político del distrito más grande del país. “Vamos a usar todos los recursos y todas las posibilidades para seguir funcionando como escudo para cuidar a los que sufren”,
cerró Kicillof ante la militancia en el Teatro Coliseo Podestá, apelando una vez más al relato del “Estado escudo” frente a un gobierno que eligió la libertad y la eficiencia por sobre la demagogia.

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